La sociedad actual, en donde prima la velocidad, la productividad y la cantidad y calidad de la información, unido a un drástico avance en tecnologías, ha traído consigo nuevas y diferentes formas de interacción entre las personas. Este nuevo contexto ante el cual nos presentamos conlleva cambios importantes en los hábitos de la vida en general, produciendo de esta forma una nueva revolución (sociedad de la información) tanto en el ambiente laboral como en el doméstico. Es de esta forma que, la innovación en las tecnologías de la información y las comunicaciones ha generado una nueva forma de poder desempeñarse de forma efectiva en las funciones laborales desde la comodidad del hogar, denominada “Telework”.
El teletrabajo o “Telework” es una modalidad de empleo que data en el año 1973, año en el que el físico Jack Niles postula una nueva manera de desarrollar actividades laborales sin requerir la presencia física de los trabajadores en la empresa, utilizando las tecnologías de la información y la comunicación como medio de contacto entre el empleado y la organización. La organización internacional de trabajo (OIT) define teletrabajo como: “Una forma de trabajo en la cual: a) el mismo se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando así al trabajador/a del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina, y b) la nueva tecnología hace posible esta separación facilitando la comunicación”. En palabras simples, es una estrategia funcional de una organización, basada en trabajar cuando quiera, en cualquier parte, haciendo los recursos humanos por tanto más flexibles.
Las posibilidades del teletrabajo abarcan diferentes ámbitos y diferentes tipos de actividades o acciones, siempre relacionadas con la información tales como la de conversión de información (mecanógrafos, transcripción de datos, etc.) gestión de información (agentes de seguros, contables, documentalistas…), difusión de la información (periodistas, investigadores, analistas, editores…), acceso a la información, compartir información (relaciones cliente-proveedor, empresas colaboradoras,…) y acceso remoto a la información (directivos a los trabajadores que se encuentran físicamente distantes…). Es obvio que, de toda la problemática e inconvenientes derivados del teletrabajo, podemos vislumbrar una serie de consecuencias para la salud y el bienestar del trabajador.
El uso concreto del teletrabajo, como nueva modalidad de trabajo, puede presentar ventajas potenciales para el trabajador, tales como:
1.- Aumento de las oportunidades de trabajo.
2.- Mayor flexibilidad laboral
3.- Reducción de desplazamiento
4.- Reducción de estrés
5.- Compatibilidad de trabajo y vida familiar, etc.
Sin embargo, el teletrabajo, así como puede traernos múltiples beneficios personales, también puede ocasionar consecuencias negativas sobre la salud de los teletrabajadores, como las siguientes descritas por el ministerio del trabajo y previsión social:
a) Tanto la sobrecarga o subcarga de trabajo, puede producir tensión y estrés, afectando al/la teletrabajador/a en sus horarios y ritmos biológicos.
b) La sobrecarga de trabajo puede llevar a algunas personas (con ciertas características) a la “adicción al trabajo”
c) Pueden producirse perturbaciones psíquicas como la ansiedad, irritabilidad, estados depresivos, etc., originados en la fatiga mental.
d) Puede producirse temor, aburrimiento.
e) El teletrabajador/a puede experimentar sensación de aislamiento, la que a su vez puede provocar incertidumbre en la actuación (mayor probabilidad de tomar decisiones erróneas), alteración de la percepción del tiempo, fatiga patológica (física y/o intelectual), desequilibrios y conductas alteradas, tanto a nivel socio-afectivo como cognitivo.
f) El estrés que puede experimentar el teletrabajador/a puede además provocar irritabilidad, problemas de concentración y repercutir en la higiene de sueño desencadenando trastornos del sueño.
g) Ambigüedad del rol, lo cual produce estrés, mayor tensión y descontento en el trabajo, baja autoestima, ansiedad y sintomatología somática propia de la depresión.
h) Conflicto de rol, proveniente de tener que atender a expectativas conflictivas del cliente y de la organización empleadora.
i) Pueden haber riesgos provenientes del uso de la TICs, como es el caso del estrés por la mala adaptación (emocional, cognitiva y/o conductual) a cualquier medio informático.
j) Pueden producirse problemas emocionales que pueden conducir a alteraciones mentales surgidas de frecuentes conflictos entre las emociones “requeridas” en su trabajo y las que el trabajador realmente quiere expresar.
Finalmente, algunas medidas que se pueden implementar para evitar la presencia de los efectos negativas del teletrabajo son: mantener el espacio de trabajo organizado, generar un límite psicológico entre el trabajo y la vida personal (separa los espacios), mantener una rutina, tener el espacio laboral limpio y ordenado, ventilar los espacios de trabajo y realizar pausas para respirar aire fresco, establecer un horario de inicio y termino de jornada, realizar pausas, respetar horarios de comida y mantener contacto con compañeros de trabajo y jefatura mediante llamadas y/o vídeo llamadas, para así evitar el aislamiento y percibir que se trabaja en compañía de un equipo de trabajo.
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