Según Spielberger, la ansiedad se define como una reacción emocional desagradable producida por un estímulo externo, que se considera amenazador para quien lo padece, provocando reacciones fisiológicas y cambios conductuales en los individuos. Dependiendo del nivel en el que se manifiesta en las personas, puede tanto facilitar como obstaculizar los distintos procesos de la vida diaria, particularmente dentro del contexto académico. De hecho, la ansiedad puede provocar en muchos estudiantes diversas reacciones emocionales negativas que pueden inhibir la ejecución de algunas tareas.
Según diversas investigaciones, la mayoría de los estudiantes presenta niveles elevados de ansiedad durante períodos de exámenes, la cual puede generar un impacto negativo en el rendimiento de los estudiantes y a su vez en su salud. Es por ello que resulta crucial aprender métodos y/o técnicas que nos permitan lidiar de mejor manera con la ansiedad producida por estos estímulos externos.
En un artículo publicado por Joaquín Álvarez, José Manuel Aguilar y José Javier Lorenzo, la ansiedad presentada por estudiantes universitarios durante el período de exámenes se relaciona con variables personales y académicas. Para comprobar esta hipótesis, se realizó una investigación para determinar en qué medida hay manifestaciones de ansiedad durante los exámenes, y contrastar los resultados con el sexo, el tiempo de estudio, el rendimiento académico y la titulación. Para ello, se utilizó una muestra de 1021 estudiantes en base a un muestreo aleatorio y se aplicó un Inventario ad hoc de Estrés Académico.
Los resultados de la investigación indican que existe una población de estudiantes con niveles preocupantes o muy preocupantes de ansiedad frente a exámenes en respuestas cognitivas, fisiológicas y motoras. También, los resultados indican que las mujeres alcanzan mayores niveles de puntuación en cuanto a las manifestaciones de ansiedad. Sin embargo, en relación a la incidencia sobre el rendimiento académico, los datos no son concluyentes.
En otro artículo publicado por Alberto Alegre, se buscó analizar la posible relación entre la ansiedad ante exámenes y las estrategias de aprendizaje en estudiantes de secundaria de cuarto y quinto grado. La muestra se obtuvo en base a un muestreo intencional de 469 personas, y se utilizó como instrumento el Cuestionario de Ansiedad y Rendimiento y la Escala de Estrategias de Aprendizaje. Pese a que las correlaciones del estudio son en su mayoría bajas, se puede corroborar que, a mayor puntuación en los componentes de ansiedad, menor eficacia hay en el uso de estrategias de aprendizaje.
Según Alberto Alegre, los resultados de este estudio debiesen ser considerados en los planes de estudio de secundaria, para que los estudiantes desarrollen estrategias de aprendizaje y de preparación frente a exámenes, pudiendo así mejorar el desempeño académico. Además, el autor sugiere realizar una revisión de las estrategias de aprendizaje utilizadas por los alumnos con el objetivo de estimar el tipo de apropiación de conocimientos que logran. Ahora que sabemos que la ansiedad se manifiesta intensamente durante los períodos de exámenes, lo importante es saber cómo podemos manejarla o tratarla.
Según el Manual para el diagnóstico y tratamiento de trastornos ansiosos, la ansiedad es una sensación normal ante determinadas situaciones de la vida, sin embargo, cuando sobrepasa la capacidad adaptativa de la persona, se convierte en patológica y provoca malestar significativo. Por este motivo, se recomienda la intervención terapéutica enfocada en el tipo de ansiedad que la persona padezca. Por ejemplo, las fobias sociales suelen ser tratadas con una terapia basada en la exposición gradual, además de ciertos fármacos como los inhibidores de recaptación de la serotonina, benzodiacepinas y betabloqueantes.
La conducta a seguir ante los trastornos ansiosos, según este manual, es indicar tratamiento ambulatorio si es que el/la paciente cumple con ciertas manifestaciones psicopatológicas (por ejemplo, si es que provoca un sufrimiento notable para el paciente o para su familia). Asimismo, si el paciente presenta riesgo suicida, debe ser ingresado en una unidad de intervención en crisis (UIC), o en una unidad de corta estadía (CE) si es que no presenta este riesgo suicida. Sin embargo, en relación a los tratamientos para la ansiedad en momentos específicos como son los exámenes finales, pueden existir intervenciones basadas en su reducción.
Según autores citados en un trabajo de tesis de María de la Asunción Gaytán, algunas técnicas para reducir la ansiedad son: trabajo de autoestima y autoconcepto, entrenamiento en relajación muscular profunda, respiración abdominal, relajación pasiva, relajación condicional, reestructuración cognitiva, entrenamiento autógeno, exposición, exposición y prevención de respuesta, modificación cognitiva y desensibilización sistemática.
Para implementar estas técnicas en jóvenes ansiosos a causa de exámenes o evaluaciones, se recomienda implementar un Programa Terapéutico de reducción de ansiedad en los centros educativos, idealmente integrando también a las familias en el programa, que puedan contribuir al fortalecimiento de la autoestima de ellos mismos y de esta manera fortalecer la autoestima en sus hijos e hijas.
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