La alta prevalencia de trastornos del sueño en niños y adolescentes constituye un tema transversal de la población, por lo que se ha hecho necesario implementar hábitos y generar conciencia en la población respecto a este tema. Esto se debe a que uno de los problemas más prevalentes actualmente en la población es el insomnio, calculando que entre un 10 y un 15% de la población mundial padece este problema. Sin embargo, dormir las horas suficientes y tener un descanso adecuado es necesario para mantener nuestra salud, ya que, de lo contrario, la falta de sueño puede repercutir en el rendimiento laboral, un aumento de accidentes y una mayor predisposición a enfermedades.
El insomnio mantenido es un factor de riesgo para la aparición de trastornos del ánimo, trastornos del sueño, consumo de sustancias y depresión mayor. También, se ha encontrado una relación entre el insomnio y la insuficiencia cardíaca, diabetes, artritis, entre otras. A causa de los problemas de salud que provoca la falta de sueño, Sergio García López y Beatriz Navarro Bravo publicaron un artículo sobre la Higiene del Sueño y algunas recomendaciones para tener un sueño reponedor. En primer lugar, debemos saber que la Higiene del Sueño (HS) abarca una serie de recomendaciones sobre prácticas y factores ambientales que pueden afectar la calidad del sueño.
La lista de recomendaciones consta principalmente de ítems tales como: evitar productos que contienen cafeína antes de dormir, evitar la nicotina al menos 1 hora antes de dormir, evitar el alcohol horas antes de dormir, evitar realizar ejercicio intenso al menos 2 horas antes de dormir, evitar temperaturas extremas en el dormitorio, evitar luces y ruidos durante la noche, mantener horarios regulares de vigilia-sueño, mantener el dormitorio ordenado y limpio, y evitar utilizar la cama para otras actividades que no sean dormir o practicar sexo.
En un artículo publicado en la Revista de Neurología por la coordinadora M.J. Jurado Luque sobre el sueño saludable, se realiza una revisión de literatura científica actual sobre hábitos de sueño que sirvan como recomendaciones para indicar a la población española. En el artículo, se menciona que la temperatura del dormitorio es esencial para un buen descanso, como también la ausencia de estimulación lumínica y de ruidos.
En el caso de la temperatura, esto se debe a que en ambientes muy fríos o muy cálidos existe una disminución del tiempo total sueño, con un aumento en la vigilia. En relación a los ruidos, la OMS ha documentado que la contaminación acústica es una de las causas de deterioro de la salud y de la alteración del sueño, entre otras cosas. También, en el artículo se hace mención a las radiaciones electromagnéticas, encontrando una relación entre la falta de sueño en pacientes y la exposición de los mismos a microondas. Sin embargo, no existe evidencia confirmada respecto a esto.
Respecto a la cama, pese a que existen pocas investigaciones en torno a esto, se recomienda contar con una almohada cómoda y un colchón estándar ergonómico. Finalmente, se recomienda no dormir en un dormitorio con demasiadas decoraciones u objetos, ya que estas pueden impedir un descanso apropiado. Pese a las recomendaciones en torno a una buena Higiene del Sueño, en ocasiones los problemas de calidad del sueño sobrepasan una intensidad y afecta de manera directa a la persona que padece el denominado insomnio. Se habla de insomnio cuando hay dificultades de la persona para adaptarse a las consecuencias negativas derivadas del mismo problema de sueño, es decir, hay alteraciones de humor, dificultad para concentrarse, somnolencia, cansancio físico y mental, estado de nerviosismo permanente y tensión o ansiedad.
Dentro de los factores que intervienen y mantienen el insomnio se encuentran problemas psicológicos, estrés y el miedo a no dormir. En este caso, la primera solución será evaluar la Higiene del Sueño de la persona para mejorar el sueño, luego se realizarán intervenciones psicológicas, y finalmente se puede optar a medicación. La medicación más empleada para el insomnio son los hipnóticos, sin embargo, se utiliza sólo en aquellos casos en que no se responda a medidas previas de tratamiento. Para encontrar el tratamiento más adecuado para cada individuo, se recomienda asistir a un centro de salud y ser evaluado/a por algún profesional de la salud.
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